Estoy trabajando en una serie que tiene que ver con el miedo, con la angustia que tenemos de la enfermedad y de morir. Consiste en hacer una serie de reflexiones, de plasmar en esta fantasía que tenemos de, cómo es ese virus, de lo que hemos visto, todo lo que hay que hacer, lo que no hay que hacer.
Verdaderamente vivimos en una confusión absoluta con tanta información, en ese sentido en esta serie que estoy trabajando la mezcle con unos personajes que siempre me han encantado. El artista Jerónimo Bosch, pintor holandés, ha influido en mis pensamientos de angustia, sus personajes son completamente alucinantes, misteriosos, enigmáticos, aterradores, es un mundo completamente imaginario.
Él hace efectivo realmente el horror y utilizó este tema del horror que estamos viviendo como mundo, como país, como persona.
El Bosco siempre fue un personaje muy católico, moralizador, completamente religioso y su tema era justamente moralizar a su público. Una de sus obras más importantes es el jardín de las delicias.
El análisis de la obra de Jerónimo el Bosco es muy complicado, muy enigmático, misterioso, hemos desmembrado algunas interpretaciones pero en realidad su sentido va muy enfocado en su contexto.
El contexto que estamos viviendo hoy todos los seres humanos es esta pandemia, por un lado es esa parte moralizadora del Bosco y por otro lado es ese miedo y terror a este infierno en el que estamos viviendo.