Soy Mary Paz, artista visual. Nací y crecí en la ciudad de México rodeada de imágenes que saturaban mi mirada; de niña jugaba a separar las imágenes que me gustaban en diferentes planos, era un juego recurrente que me servía para eliminar el ruido visual, lo hacía en formas, colores, texturas y buscaba la relación entre ellas….

No entré de lleno a la pintura, tomé el camino sinuoso, pero eso me ha permitido entretenerme con el paisaje… estudié Diseño Industrial lo que me permitió crear desde la tridimensionalidad, lo cual agradezco a la hora de hacer instalaciones. En el camino descubrí que el arte ha acompañado al hombre a través de la historia como me ha acompañado a mí, y que es esencial como el aire. Seguí mi andar en las artes plásticas y de ahí sin parar hasta el día de hoy. Transitando por Florencia, la Academia de San Carlos, Casa Lamm entre otros recovecos.

La investigación ha sido fundamental en este recorrido por que me ha dado un soporte a mi pensamiento, a mis reflexiones, clarificando mis temas. Me gusta mirar críticamente la sociedad que me rodea, creo en el compromiso social desde cualquier trinchera como enriquecimiento de tu entorno.

La obra de arte sigue siendo siempre la de uno mismo. Sin embargo, como tantos otros tópicos recurrentes sobre el arte contemporáneo, he escogido aquellos en los que la sociedad pasa de largo por duro que sea. Temas de denuncia como materia prima, como campo de batalla.

En realidad, siguen siendo cuestiones esenciales del ser humano, el duelo, la memoria, rituales que sanan procesos y ayudan a entrar en nuevas etapas. El duelo nos humaniza como dijo Doris Salcedo. Hay que sanar procesos dolorosos que vive la sociedad, reconocer la vida, para recuperar a las personas del anonimato.

Estoy constantemente en una exploración creativa, buscando identidad propia en el discurso del arte. Mis obras han transitado por técnicas diversas, es parte de la experimentación de los materiales, me gustan las aguadas donde el accidente tiene un papel importante y dejas que fluya para retomarlo y fluir con ella. Me gustan las transparencias porque crean ambientes desde donde puedes internarte en la obra, y son esos velos que hay que descubrir para encontrar el tesoro que hay debajo. Es como ese juego de niña en el que había que develar el ruido para encontrar el tesoro de las imágenes.

Me inspira el hombre, la tenacidad del ser humano, la incansable lucha por rescatarse a sí mismo de lo banal, de lo mundano, en el eterno retorno con la esencia y lo importante. Me gusta trabajar en los espacios porque me ayudan a generar un entorno de sensaciones. Ahora intento con las instalaciones sensibilizar al espectador a partir de otros recursos y abordar temas sociales que tienen que ver con defender las identidades y las diversidades. Pero siempre la pintura ha sido mi aliada, salgo de la bidimensionalidad para regresar a ella, una y otra vez.

Dirijo un taller de producción visual y ha sido una experiencia maravillosa estar rodeada de artistas que ebullen ideas, compartir mi camino y el suyo  a través del arte.

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